El cerebro humano es una pieza sofisticada de ingeniería que no tiene comparación en el mundo. Muchas veces se hace la analogía del cerebro humano como el procesador es a la computadora, pero lo cierto es que la comparación está lejos de ser justa, pues no solo hablamos de potencia, detrás del complejo funcionamiento del cerebro hay una serie de recursos que hacen posible que el cerebro gestione millones de procesos de una manera increíblemente coordinada, y uno de los recursos que hacen posible esto son los neurotransmisores, en este artículo te hablaremos un poco al respecto.

Los neurotransmisores son sustancias que permiten a las neuronas comunicarse entre sí, esto permite la coordinación de información para denotar de forma oportuna determinados mecanismos que tiene el cerebro para estimular o inhibir aspectos como el hambre y/o saciedad, promover la atención o incluso desencadenar comportamientos tan básicos como el instinto de huida.

Existen más de cien neurotransmisores distintos, cada uno se encarga de una función y, dependiendo del receptor sináptico que recibe la señal, la información se denota en una estimulación o inhibición de la función, estando así los neurotransmisores involucrados de gran manera en aspectos como la conducta, las emociones, la memoria, pero también regulando aspectos como el apetito.

La diferencia entre los neurotransmisores y las hormonas, es que los neurotransmisores permiten la comunicación de una neurona con otra inmediata a su alrededor, el potencial de acción del estímulo determina la cantidad de neuronas que se involucran por la señal del neurotransmisor, es decir, ante un peligro inminente, los neurotransmisores promoverán la secreción de adrenalina que se traducirá en un instinto de huida o lucha, dependiendo de la ventaja o desventaja de la situación, Ver una película de terror puede promover el mismo neurotransmisor, pero su potencial de acción es menor, así como mucho menos duradero, en palabras simples, el cerebro mediante los neurotransmisores permite una respuesta acorde al tamaño del estímulo, optimizando así los recursos con los que trabaja.