Todos alguna vez hemos cotilleado, puede que, criticando, burlándonos o incluso elogiando algo que hizo alguien, sin embargo, lo común el cotilleo tenga un contexto negativo, esto ya sea por la indiscreción que supone, o por la información ofensiva que se transmite en referencia a la persona o personas que son el tema del cotilleo, haya o no fundamento detrás de lo que se dice. En general, el cotilleo no es algo que a nadie nos guste presumir como pasatiempo, pero lo cierto es que, en mayor o menor grado todos lo hacemos o, por lo menos, disfrutamos recibir información de lo que le pasa a otras personas, si usted niega esto, posiblemente sea un mentiroso o bien, un humano con una consciencia superior que no tiene la más mínima mota de interés en cosas banales, Ya sea que sea un humano muy especial o le guste mentirse a sí mismo, no podemos negar que cotillear es algo común en todo el mundo, pero, ¿Por qué cotilleamos? En este artículo le hablaremos al respecto.

El ser humano es un animal social, de hecho, somos la especia más social de todas las que caminan en el planeta, esto gracias a que utilizamos un lenguaje complejo, de modo que podemos compartir información que nos permite aprender más no solo sobre nuestro entorno, sino sobre nuestros pares, y esto se prima con una pequeña dosis de dopamina que, por lo menos hace unos miles de años, tenía más sentido que ahora. Sin embargo, esto es la clave para entender primeramente por qué disfrutamos saber cosas de otras personas, aun y cuando no nos sean útiles. Un ejemplo claro son las revistas de corazón, cuyas notas disfrutamos pese a que las desgracias o éxitos de las celebridades no nos sean de ninguna manera información que podamos usar en nuestro beneficio.

El cotilleo también es una herramienta para modelar comportamientos en una sociedad, por supuesto, esto no de forma explícita ni a conciencia, sino de modo orgánico, aprendemos que hacer y qué no muchas veces con ejemplos de carne y hueso.

Así que, no es motivo de vergüenza aceptar que cotilleamos de vez en cuando y, aunque la mayoría de los cotilleos no tienen ni trascendencia e incluso no dañan verdaderamente a nadie, no hay que olvidar que en algunos casos cotillear y fabricar un rumor sobre ciertos temas si puede llegar a dañar a terceros.