El tequila es una bebida alcohólica destilada hecha de agave azul, una planta parecida a la piña que sólo sobrevive en suelos volcánicos y en climas áridos. El suelo volcánico rojo de la región circundante es particularmente propicio para el crecimiento del agave azul, y cada año se cosechan más de 300 millones de plantas. La planta de tequilera crece de manera diferente según la región; las que se plantan en las zonas más altas son más grandes y más dulces en cuanto a su aroma y sabor; las zonas más bajas tienen un sabor y una fragancia más herbáceos. El agave azul tarda entre 8 y 12 años en estar listo para la extracción de lo necesario para producir alrededor de 1 litro de la bebida, con un contenido de alcohol que varía entre el 35% Y 55.

El origen del tequila tiene como precedente el pulque, una bebida alcohólica tradicional en México y elaborada desde hace miles de años, siendo una bebida originada en la época precolombina cuyo consumo sobrevive hasta hoy día.

El pulque se elaboraba a base de la fermentación, con la llegada de los conquistadores españoles se introdujo el proceso de destilación, esto dio origen al tequila en el siglo XVI. Tuvo que pasar un par de siglos hasta que Don Cenobio Sauza, mexicano considerado como el padre del tequila, emprendiera en el negocio tequilero, siendo pionero no solo por la producción masiva, sino por ser el primero en exportar el mejor tequila al extranjero.

Lo anterior dio pie a una industria reconocida mundialmente por su calidad, siendo el tequila no solo considerado como una bebida exquisita, sino también patrimonio de la humanidad.